El pequeño Vladimir Marín llego a Libertad para el torneo Clausura del 2007, desde entonces nos regaló una treintena de goles, en su mayor parte de extraordinaria calidad, con el sello indiscutible de su zurda prodigiosa.

Fueron balones colocados con maestría en el arco rival o tremendos cañonazos inatajables, que hincharon las redes, para delirio de sus parciales y la admiración de los demás.
Desde que llegó a la Huerta ganó todo. Fue campeón del Clausura del 2007 y luego del título absoluto del año en las finales contra Luqueño.
En el 2008 fue protagonista de las conquistas sucesivas de Libertad de los dos títulos absolutos semestrales (inaugurando la modalidad en nuestro medio), para lograr el tetracampeonato.
El único torneo local que no ganó fue el reciente Apertura 2009, que se adjudicó Cerro Porteño.
Marin jugará un año en el Toluca y luego le quedará uno más de contrato con Libertad. Quienes aman el buen fútbol anhelan que lo cumpla en nuestro medio y que podamos así continuar siendo testigos de la inmensa calidad del mejor extranjero que llegó a nuestro fútbol en los últimos tres años.
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