El partido fue altamente emotivo. Prometieron eso, brindaron eso. Sobre todo con respecto a Guaraní, que lejos de ser una incógnita, en el estreno de Félix Darío León, fue efectivo, práctico y contundente. El orientador conoce al plantel y básicamente del club nunca se fue.
fuente:teledeportes
En todo caso, de manera oficial volvió a sentarse en el banco aurinegro y sus futbolistas desplegaron de manera sobria lo planificado.
Libertad estuvo en lo suyo. Propuso siempre y trató de mantener la tenencia del balón, tocarlo con criterio. Sin embargo, se encontró con un rival que, a partir de estar bien parado, salió hacia al ataque y cuando lo hizo llegó con mucha gente.
La primera noticia llegó a los 28 minutos. César Cáceres, en su afán de gambetear al buen portero Medina, vio que este salía jugadísimo, y se tiró antes que el portero le tocara. Enrique Cáceres, en este juego con flojo actuar, algo extraño en su labor, cobró penal. De la ejecución se encargó Jonathan Fabbro, quien facturó.
Lo de Quique Cáceres estuvo sumamente distante de lo que se estila observar. Un claro codazo de César Cáceres sobre Sarabia dejó pasar, y a los 35, estuvo flojito. Santander envió el centro, luego de pase de Caña, conectando con Fabbro, quien cerró en segundo palo. El balón le dio en la mano izquierda al 10, quien esperó que Cáceres llegara con arco a disposición y logró rematar. Jorge Caballero, el zaguero debutante, en su intento de interceptar el servicio desde el costado derecho, pifió. Todo mal en esta acción que se afeó, y que culminó en el segundo grito visitante.
Javier Torrente, muy temprano, fue expulsado del terreno a instancias del cuarto juez, que convocó al árbitro central y le dio detalles respecto a los términos en que el profesional que conduce al Guma se dirigió a su persona.
En fin, sos cuestiones que ameritan una reflexión verdadera pues un entrenador debería hablar, pero plasmando en el campo y desde la tarea que le compete, el funcionamiento colectivo de su cuadro. Y un juez, al menos desde esta óptica, debe atender mayormente cuestiones que hacen al juego en sí y remitiéndose al mismo, tomar decisiones (que pueden ser acertadas o no) y vaya el momento para recordar justamente la acción que involucró la inconducta de Cáceres en perjuicio de Sarabia o la jugada (mano) que antecedió al segundo festejo del Cacique.
La segunda etapa varió en dos aspectos. Hubo más goles, mayores situaciones discutibles. Y prevalecieron el orden visitante, y las erróneas apreciaciones del árbitro. Tempranito, concretamente a los 9', descontó este Guma siempre guapo. Lo logró luego de un tiro libre, tras toque de Gamarra, en corto, a Maciel, que venía tocando bocina y que estaba para ser cambiado (resintió su lesión que le separó del encuentro pasado). En la acción previa, Ayala, en su intento de controlar el esférico, levantó en demasía la pierna derecha y misma intención tuvo Ruiz Díaz, el aurinegro que recibió amonestación. A lo sumo, en esa circunstancia en la boca del área grande, correspondía una suelta neutral (ambos valores entraron mal y bien alto).
Acaso dos jugadas después, sobre el costado derecho de la zaga aurinegra, se dio un despeje que fue a parar sobre el mismo andarivel pero en campo ajeno. Sarabia jugó hacia atrás con Bernardo Medina, quien pretendió parar con el empeine y el balón, tras tocarle dos veces, se metió. Terrible intervención, por lo desafortunada. Si bien el Gumarelo no bajó los brazos, allí se dio cuenta que la historia concluyó.
Manu Maciel no dio más y fue reemplazado, por lo que Libertad dependió en el resto del juego de la polenta de Gamarra. Pouso, por un entradón, mereció más que la atenta mirada del juez, y acto seguido, tras una carrera cerca de la raya lateral, Fede Santander se tiró _es cierto que de manera poco prudente_ pero en vez de la amarilla recibió roja directa y que se prepare para descansar como mínimo dos fechas.
El trámite mucho no se modificó. León intentó cerrar el partido sacando a Fabbro, para dar oxígeno al medio. A los 2 minutos, de los 3 de adición, Benegas derribó a Notario pero esa acción en el área local, pasó desapercibida para Cáceres, que habrá estado en su jornada más negra en esta profesión que abrazó.
Guaraní levantó sus brazos de cara a su hinchada, en territorio adversario, le ganó a un rival directo en la discusión de este Clausura, y de momento está a 2, tanto del nervioso Libertad y de Nacional, que debe jugar.
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