El Ciclón, en la noche en que Liga y Flu jugaron el partido de ida por la otra mitad de la gloria, se puso al día en el Clausura y despachó a nuestro querido Guma que tuvo un ratito bueno, pero nada más que eso. En su loable intento por asegurar una ficha en la Sudamericana-sabor a- revancha-2010, ganó un lance estratégico.
En el Yacht, Almeida y sus tricos se abrazaron con el gol sobre la hora de Lucho Cáceres.
En el Yacht, Almeida y sus tricos se abrazaron con el gol sobre la hora de Lucho Cáceres.
Cerro Porteño y Libertad ofrecieron un partido por debajo de lo esperado, técnica y físicamente. Sobre todo en el primer tiempo. Básicamente no fue el cotejo que, desde la antesala, se presagiaba. No salieron a buscarse. Al contrario, se estudiaron más de lo esperado. Y así, el fútbol no lució para ninguno de los bandos, las jugadas claras escasearon y todo fue cansino, falto de sorpresa, repentización.
En ese marco, vale el destaque para lo que ocurrió _para mal de Libertad_ con Manuel Maciel. No pasó el cuarto de hora, luego de haber entrado en contacto con Diego Barreto. Manu, al ratito se supo, experimentó una fractura de peroné. Y de manera forzosa, Javier Torrente cambió, la propuesta del Guma cambió ya que desde hace un tiempito, el equipo es una cosa con Maciel, y otra totalmente distinta sin su concurso. De cualquier manera, el visitante se las ingenió para tratar de frecuentar con más frecuencia el área azulgrana.
La etapa complementaria se presentó considerable y relativamente distinta. Sobre todo por el lado liberteño. En apariencia y desde el comienzo del complemento, evidenció más ganas y está a la vista que también mayor necesidad, pues lucha arriba, en los primeros sitios de la tabla. Sin embargo, con el paso de los minutos, mostró que la paridad, el no perder, no le caía tan mal.
Sin embargo, Cerro tuvo varios aciertos. Primeramente no decayó, luego Peter Troglio movió su banco y lo hizo para bien. De a poquito, terminó siendo de ida y vuelta la historia, y al Ciclón siempre le faltó solo la puntada final. Hasta dio la impresión que tenía más profundidad.
Hasta que llegó el apagón. Durante más de veinte minutos, entre indicaciones de los entrenadores, descanso de los futbolistas y trabajos de elongación, pasó enseguidita el tiempo y de vuelta a la lucha. Tras la pausa, el representativo de barrio Obrero continuó martillando (antes lo había hecho con un remate claro de Ortiz), sin suerte. Hasta que dos de los nuevos en el ST, Erwin y el papá Carlos Recalde, se conectaron. El ex Guaraní envió el centro y Lucho Cáceres, cerrando en segundo palo, decretó la conquista que vale doble, que vale mucho. En su afán de llegar a la Copa Sudamericana 2010 por puntaje acumulativo, el campeón del Apertura hiló su cuarto triunfo y de paso bajó a Libertad en su carrera hacia el título. Con el Clausura sin asteriscos, Nacional gritó el gol de Cáceres y disfruta de sus 37 puntos, 3 más que el Guma, y se agradece.
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